

Nuestro Lema

Sube a bordo de la "Alquimia Picante"
Había una vez, hace varios siglos, un joven ambicioso y aventurero, que el mundo quería recorrer. Cada día se sentaba en un acantilado, veía el sol caer en el horizonte y escuchaba las olas del mar. Pensaba, "Qué habrá más allá?" No quería ser uno más. Quería sentirse único, y el mundo navegar.
Un día, a escondidas, en una carabela se infiltró. Pero la tormenta llegó, en el mar se perdió y en una isla perdida encalló. Sin comida ni alimentos, en una cueva se refugió, y un brujo encontró en su interior. Un viejo Pirata que la ALQUIMIA PICANTE le enseño. Le dijo " cierra los ojos amigo mío, imaginemos que tenemos en la mano un pequeño pimiento rojo intenso como el sol del atardecer, que lo levantamos y lo admiramos, que a la boca lo acercamos, y tras un momento, perforamos con los dientes. Un crujido resuena en nuestros tímpanos, mientras en la boca una intensa marea de sabor frutoso, y brillante como las estrellas explota en nuestra boca. Tras un breve momento donde la sensación se apodera de nosotros, y sentimos como si nos sumergimos en el fondo del mar, regresamos a la realidad". El pirata tras el hechizo, a la mar regresó, y el mundo navegó en su propia carabela, la cual "Alquímia Picante" llamó.
La "Alquimia Picante", es una máquina del tiempo, y en ella se canta así:"
Con diez cañones por banda,
viento en popa a toda vela,
No corta el mar, sino vuela,
Aquel pirata que llaman, por su bravura, el temido Barba Roja.
En todo mar conocido, del uno al otro confín.
Y va el pirata, cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa, y allá al frente, Estambul
Que es mi barco: Mi Tesoro,
Que es mi Dios : La Libertad,
Mi Ley: La fuerza del viento,
Mi Unica Patria: La Mar"
la Alquimia Picante tiene una misión, llevar caos, al arte culinario.
Ser pirata, nos devuelve a la infancia. La rebeldía y las ansias de descubrimiento, y tras la aventura, a admirar, y resaltar, el hombre o la mujer, en que nos hemos convertido hoy.
Alquimia Picante es nuestra intrigante invitación, no al mundo del picante, ni al del sabor, sino a un mundo como ningún otro, de historias crear y aventuras descubrir.